La valoración de startups y empresas tecnológicas siempre ha sido compleja, pero el entorno económico actual añade capas adicionales de dificultad. Me encuentro con casos donde los múltiplos tradicionales simplemente no funcionan.
Durante los últimos meses, he observado cómo las empresas del sector tecnológico español están adoptando métricas híbridas que combinan indicadores financieros tradicionales con métricas operativas específicas del sector digital.